ENSAYO
LA RESPONSABILIDAD DEL AUDITOR EN LA DETECCION DE FRAUDES E IRREGULARIDADES
Hoy en día es realmente innegable la
gran cantidad de fraudes e irregularidades que existen en beneficio de algunas
empresas, este es sin duda uno de los más grandes problemas por los que viene
atravesando el país y el mundo en general durante los últimos años, es por ello
que el presente artículo de opinión tiene como finalidad, dar a conocer la
responsabilidad del auditor en la detección de fraudes e irregularidades.
Una de las personas encargadas de
detectar estos problemas es el auditor, pero ¿Cómo el auditor puede detectar
este tipo de fraudes e irregularidades?
Pues la respuesta es muy sencilla, eso
lo hacen a través de las auditorías, las mismas que hacen recaer una gran
responsabilidad sobre los auditores.
De acuerdo a la NIA 240, "los
auditores son los responsables de determinar si los EEFF demuestran
razonabilidad, es decir si se encuentran exentos de errores materiales, ya sean
a causa de un fraude o de un error” (INCP, 2015, párr.6).
Este fragmento extraído de la NIA 240,
básicamente nos da a entender que el auditor tiene la responsabilidad de
precisar si los EEFF analizados contienen o no errores en su contenido.
El auditor, a la hora
que realiza una auditoría en conformidad a lo que dicen las NIA, automáticamente
se convierte en responsable de obtener una seguridad razonable, de tal manera
que los EEFF se encuentren libres de incorrecciones. Sin embargo, debido a diversas
limitaciones que existen dentro de una auditoría, prevalece el riesgo de que algunas
incorrecciones no puedan ser detectadas a pesar que la auditoría se haya
ejecutado correctamente de acuerdo a las NIA. La posibilidad de no detectar
incorrecciones a causa de un fraude es mayor a la posibilidad de no detectar
incorrecciones a causa de un error, esto básicamente se debe a que el fraude
generalmente suele estar encubierto por diversos planes organizados con el fin
de evitar que sean descubiertos (INCP, 2015, párr.6-8).
Los auditores no
proporcionan una garantía absoluta de que cada número sea 100% preciso. Más
bien, proporcionan una garantía razonable de que las finanzas están libres de
errores materiales y que presentan de manera justa la posición financiera de la
empresa en todos los aspectos materiales (Contraloría General de la República,
2014, p.9).
De acuerdo a lo investigado puedo decir
que los auditores trabajan dentro de un margen de error aceptable, conocido
como materialidad. La magnitud de la materialidad depende del tamaño de la
organización y de sus ingresos y gastos. Para una empresa muy pequeña, un error
de unos pocos cientos de soles puede ser significativo, pero para una empresa grande,
un error material podría medirse en cientos de miles de soles.
Mendoza (2009) nos
dice que frente a un riesgo de fraude lo que el auditor debe hacer es:
identificar dichos riesgos tomando en cuenta la información que se ha obtenido
a través de los procedimientos realizados para la evaluación del riesgo, además
de ello se debe considerar los tipos de transacciones, los saldos de cuenta y
las revelaciones en los EEFF; relacionar los riesgos de fraude que han sido
identificados con lo que podría estar mal a nivel de aseveración; considerar la
magnitud del error, teniendo en cuenta la posibilidad de que ese riesgo pueda
dar origen a múltiples errores; tener un mayor interés en corroborar las
explicaciones que ofrece la administración, siempre y cuando sean asuntos de
importancia relativa (p.11).
Ahora, cuando el
auditor ya se encuentre frente al fraude ¿Qué es lo que debe hacer?, pues lo
que deberá hacer es colocar a prueba la propiedad de cada uno de los asientos
del diario que han sido registrados en el libro mayor y demás ajustes que han
sido realizados en la preparación de los EEFF. Aquí se debe revisar la
propiedad de los anteriormente mencionados y determinar si se cuenta con la
debida autorización para su registro y elaboración. También se debe realizar
una revisión a las estimaciones contables para determinar si existen errores de
importancia relativa como consecuencia del fraude. Por último, se debe
comprender cuál es la lógica del negocio que se utiliza para realizar transacciones
importantes, para que de esta manera el auditor pueda establecer si existen
operaciones que están fuera de su curso normal (Mendoza, 2009, p.12-13).
Algo importante que se debe tener en
cuenta es la ética del auditor, dentro de ello tenemos una palabra muy
importante como es la “independencia”.
Según la JDCCPP (2005) “La independencia significa que se puede
llegar a una conclusión sin dejarse manipular o influenciar por agentes
externos, esto va a permitir que el auditor actué con objetividad e integridad
demostrando su escepticismo profesional” (p.11)
Después de todo lo expuesto se concluye
que la responsabilidad del auditor en relación a los fraudes y a las
irregularidades se centra básicamente en su capacidad para detectar los riesgos
durante el proceso de auditoría, es ahí donde debe adoptar una actitud en donde
prevalezca el escepticismo profesional, esto lo debe hacer ya que existe la
posibilidad de que los responsables de las posibles acciones fraudulentas
quieran afectar los resultados de la auditoría.
BIBLIOGRAFÍA
Contraloría General de la República. (2014). Manual de Auditoría de Cumplimiento. Obtenido de Contraloría General de la República: https://doc.contraloria.gob.pe/normativa/control_posterior/Version_integrada_del_Manual_de_Auditoria_de_Cumplimiento-MAC.pdf
INCP. (2015). NIA 240. Obtenido de INCP: https://incp.org.co/nia-240-responsabilidad-del-auditor-en-relacion-con-el-fraude-en-una-auditoria-de-estados-financieros/
JDCCPP. (2005). Código de ética profesional del contador público peruano. Obtenido de Junta de Decanos de Colegios de Contadores Públicos: https://jdccpp.org.pe/docs-publicaciones/codigo_etica_contador_publico_peruano.pdf
Mendoza, J. (2009). Detección del fraude en una auditoría de Estados Financieros. Obtenido de Redalyc: https://www.redalyc.org/pdf/4259/425942160012.pdf